
Te echo de menos,
te estoy echando a faltar
terriblemente en mi mundo cotidiano.
A todo se acostumbra una,
también a la soledad,
pero esto es una sensación de impotencia,
de saberte cerca y no poderte tocar,
de sentir los sentimientos que me ahogan
y no poderlos expresar.
Callamos los dos,
nos miramos en silencio
¿qué se nos rompió?
Te apartas, te alejas, abandonas mi compañía,
mis huellas caminan solas.
¡Te pedía tan poco!
Sólo un abrazo colmado de cariño,
las palabras que faltan en mis oídos,
verte algún día
y algún beso de esos que se regalan ...
que vagan perdidos sin dueño.
Tus besos que otra no hizo aprecio
yo los quería en mi boca.
¡No pedía tanto!
En lugar de eso,
me apartas de tu vida,
temes perder costumbres, manías y compañía.
La vida es aventura,
hay que arriesgarse,
dejar atrás pasado y enfrentarse al futuro.
No te pedí que dejaras tu acomodada existencia,
tan sólo una pizca de parte de tu tiempo.
Ni siquiera eso me has regalado,
regalo que te hubiera pagado,
ríete,
ya lo sabes,
no con dinero,
te hubiera dedicado mi pensamiento,
mis palabras y mis versos.
¿Amor platónico?
no gracias,
después de conocer el cielo
no me resigno a perderlo...
lo buscaré.