
con la obsesión de tus celos,
has destrozado mis ilusiones.
Henchido de mentiras imaginarias,
me alejas de tu vida
y haces rehén a la esperanza.
Impides que sea libre,
que vuele a otros brazos
y que conozca otro amor.
Has puesto murallas a todas las sendas
que me conducen a la felicidad.
Me niegas el placer de otras caricias,
el consuelo de otros abrazos
y la confianza de otras palabras.
Me condenas a la soledad…
Si de verdad me quieres,
hazme realmente feliz:
¡olvídate de mi!